Reiteraciones en tu escritura: cuando las palabras hacen eco
Aprende cómo detectar y corregir reiteraciones en tu escritura, evitando que el eco de palabras repetidas empobrezca tu estilo literario.
En esta entrada te diré cómo identificar y corregir las reiteraciones en la escritura. Veremos ejemplos de reiteraciones incorrectas que lastran el estilo y de repeticiones efectivas usadas como recurso literario. Además, te daré consejos prácticos para eliminar esos «ecos» indeseados de tus textos.
Imagina que gritas una palabra en lo alto de una montaña y el sonido vuelve como un eco repetido, cada vez más débil y distorsionado. En la escritura ocurre algo parecido: cuando una palabra o idea se repite sin control, ese eco puede distorsionar el mensaje. Al principio las repeticiones pueden sonar enfáticas, pero si el eco se prolonga demasiado, el mensaje original acaba perdiéndose entre el ruido.
Reiteraciones que lastran el estilo literario
La reiteración es la repetición cercana de una palabra o idea ya mencionada, sin aportar nada nuevo. Cuando un texto repite palabras o conceptos sin un propósito claro, pierde frescura y dinamismo. El lector siente que lee lo mismo una y otra vez, y el estilo se vuelve monótono. Por ejemplo, no es igual escribir:
❌«El paisaje era bello. El paisaje era sereno. El paisaje era inspirador.»
que transmitir esa idea sin tanta repetición:
✅«El paisaje era bello, sereno e inspirador.»
En el primer caso, «El paisaje era…» actúa como un eco constante que entorpece la lectura. En el segundo, al eliminar las palabras reiterativas, el texto resulta más fluido y claro.
Existen también reiteraciones de significado que recargan la prosa. Son redundancias conocidas como pleonasmos: por ejemplo, «sal afuera» (salir ya implica «afuera») o «sube arriba» (subir ya significa «arriba»). Estas redundancias no añaden nada nuevo y solo ralentizan la lectura.
Ejemplos de reiteraciones correctas e incorrectas
Veamos una reiteración mal manejada frente a una bien empleada:
❌«María buscó el libro por toda la casa. El libro no aparecía por ninguna parte.»
✅«María buscó el libro por toda la casa, pero este no aparecía por ninguna parte.»
En la versión original se repite «el libro» dos veces muy seguidas, creando un eco molesto. La versión corregida usa «este» para evitar la repetición, manteniendo el sentido pero con mejor fluidez.
✅ «¡No te rindas, no te rindas, no te rindas!»
Aquí la repetición de «no te rindas» es deliberada para enfatizar la urgencia del mensaje. Lejos de entorpecer el estilo, este eco intencional aporta fuerza dramática y conmueve al lector.
Como se aprecia, una cosa es repetir por descuido y otra muy distinta es repetir para reforzar. Revisemos algunas figuras literarias que aprovechan la repetición de manera artística.
Figuras literarias basadas en la repetición
La literatura y la oratoria demuestran que repetir no siempre empobrece la escritura. De hecho, ciertos recursos estilísticos se basan precisamente en la repetición para dar énfasis, musicalidad o simetría al discurso. Tres figuras retóricas muy comunes son la anáfora, la aliteración y el paralelismo:
Anáfora
La anáfora consiste en repetir una o varias palabras al inicio de frases o versos consecutivos, creando un efecto de insistencia y ritmo. Por ejemplo:
«Quiero que me escuches, quiero que comprendas, quiero que cambies.»
Aquí la expresión «quiero que» se repite al comienzo de cada segmento, enfatizando el deseo insistente del hablante. La anáfora es un recurso frecuente en poesía y discursos para subrayar una idea central.
Aliteración
La aliteración es la repetición de sonidos iguales o similares (generalmente consonantes) en palabras cercanas, creando una especie de rima interna. Un ejemplo clásico es:
«Tres tristes tigres comían trigo en un trigal.»
El sonido «tr» (y la letra t) se repite varias veces, dando musicalidad a la frase. Bien empleada, la aliteración aporta sonoridad y atractivo lírico al texto.
Paralelismo
El paralelismo ocurre cuando se repite una estructura sintáctica o el mismo orden de palabras en varias oraciones o versos. Esto aporta equilibrio y simetría a las frases. Por ejemplo:
«En lo simple está la verdad; en lo humilde está la grandeza.»
Ambas partes de la oración siguen el mismo patrón («En lo [adjetivo] está la [sustantivo]»), reforzando la relación entre las dos ideas y creando un ritmo agradable. El paralelismo es un recurso para comparar o enfatizar conceptos.
Estas figuras literarias muestran el lado artístico de la repetición. La clave está en que la repetición sea consciente y con un propósito. Así, el eco de las palabras suma belleza en lugar de restarla.
Cómo identificar las reiteraciones en tu texto
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